PRIMAVERA
Cuando llega, los colores son como gritos del cielo decorando la tierra.
El puente de mis sueños resaltado en mis mejillas. Una caricia para cruzar la frontera sin tocarme, solo insistiéndome en el alma, y mi piel ansiosa por sentirla, con los vellos de punta.
Estación de la que nadie sabe, que es el todo y que guarda dentro de ella, causas de infartos con mucha felicidad, rojos prudentes y soleados como nuestra sonrisa.
Y al anochecer, no hay que menospreciar el recorrido, aunque el camino se haga pesado en tu ausencia. Creer que ya ha llegado, cuando no existe camino alguno, ya que siempre estuvo en la puerta con nosotros y en nuestros corazones.
Cerrar los ojos y dejarnos entrar por esa puerta, ladrona con coraje de días oscuros y noches lluviosas.
Reinventaré mil colores, y tal vez nunca deje de echarte de menos, sin esconder las letras inspiradas cuando la luz desaparece.
La paciencia es una perdida de impulsos.
Sucedánea de cuadros, se detiene el tiempo a tu paso. Las gentes te aplauden para que te quedes, suerte cuando te acercas, tan fácil como sumirse en un sueño contigo aún estando despierta.
Imaginarte, nunca me sobra el pensarte en esta débil impaciencia.
Tienes algo que congela el tiempo. La llave que abre lo que no sabemos descifrar.
Vamos a vernos con el equilibrio justo. Sin escapatoria y como siempre he querido.
Bienvenida primavera.
Mariam, 2018.-